13 de febrero de 2014

¿Dietas milagro? No gracias. Confía en la medicina para perder peso


¿Existe la dieta perfecta? Por supuesto, es aquella que nos hace perder peso, los milagros ya… son cuestión de fe…

Suele ser por mayo cuando desde la televisión nos comienzan a llegar mensajes de la operación bikini, de la cuenta atrás para el verano y del mes que tenemos para reducir peso y apuntarnos al gimnasio. Es un gran error que cometemos año tras año, intentar reducir el sobrepeso en un mes. Perder peso de forma saludable, bien sean unos kilos, o bien si el nuestro es un caso de obesidad, debe ser una tarea responsable, alejada de la dietas milagro que siempre terminan por ser lo contrario. Si no, que se lo digan al creador de la famosa dieta Dunkan, ahora expulsado del colegio de médicos al descubrir que su mágica fórmula para acabar con la obesidad y el sobrepeso no era milagrosa sino maligna.

Resulta que la dieta Dunkan es tóxica para el hígado y para el riñón, y puede comportar desequilibrios nutricionales y alteraciones somáticas, psicológicas, hormonales, de crecimiento o de rendimiento. Y esto no lo digo yo, lo segura la Agencia Francesa para la Seguridad Alimentaria. La dieta Dunkan estaba basada en un consumo masivo de proteínas.

Pongamos las cosas claras, perder peso está bien, combatir la obesidad es saludable y encontrar la dieta perfecta que se adapte a nuestro metabolismo es nuestro derecho. Pero seamos inteligentes en el camino. Es obvio que una dieta que nos permita comer todas las hamburguesas y patatas fritas del mundo rebajando nuestro peso a la vez, eso tiene gato encerrado.

A propósito del artículo que escribí hace tiempo sobre las pastillas Belvic para perder peso, pensaba en la efectividad de este tipo de productos. En el fondo se trata de confianza, confiar en la ciencia no en los milagros.

La ciencia avanza en aquellos campos en los que existe demanda para su aplicación y qué duda cabe que el campo científico de las dietas para combatir el sobrepeso y la obesidad es uno de los que gozan de mayor demanda. Por eso cuando veo estos medicamentos o tratamientos en el mercado, que no prometen milagros y que advierten de que el tratamiento se debe acompañar de una dieta sana y de ejercicio, a mí me convencen.

Si además, gracias a tratamientos como Xenical, puedes evitar enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes o el colesterol, las pastillas me convencen aún más. Se trata de cuestión de confianza. Ciencia contra milagros.

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