El aspecto de nuestra piel es algo muy importante. Y es que es
el mejor reflejo del estado general de nuestra salud. Por mucho que nos
esforcemos por ocultarlo, en ella pueden leerse desde el estrés hasta los excesos
con la comida o la bebida, pasando por la sobreexposición al sol o ciertos
rasgos genéticos. Además, por si lo anterior fuera poco, el acné pesa sobre
nosotras como una espada de Damocles. A pesar de lo que much@s creen, esta
enfermedad dérmica no es exclusiva de los adolescentes. Los adultos también la
sufre, ¡y de qué manera! Puesto que en las mujeres la predisposición a
desarrollar este problema de la piel es si cabe mayor, nos interesamos por las
soluciones más eficaces para atajarlo. Para que el acné no nos gane la batalla.
¿Qué es exactamente el acné?
Todos conocemos las manifestaciones del acné y sus cicatrices,
pero ¿sabemos realmente a qué se debe? A decir verdad, se trata de una
enfermedad de las glándulas sebáceas, responsables de la producción de grasa en
nuestra piel. Cuando se bloquean los folículos pilosos que las conectan con los
poros, se genera un grano o espinilla. Suele producirse en áreas localizadas
del cuerpo, como la cara y el torso. Y es que es en esas partes en las que se
registra una mayor concentración de folículos. La intensidad de los brotes de
acné es variable y puede ir de simples inflamaciones en forma de pequeñas
pústulas a las lesiones pustulosas y dolorosas de su versión más grave. Las
alteraciones hormonales suelen ser sus principales causantes (de ahí que se dé
sobre todo en adolescentes o en mujeres, en determinadas fases del ciclo
menstrual), pero también puede verse favorecido por el estrés, algunos tipos de
medicamentos en incluso la sobreexposición al cloro.
Tratamientos para el acné
Aunque investigaciones recientes han servido para desmitificar
algunas teorías sobre la relación entre la dieta y el desarrollo del acné, sí
es cierto que determinados alimentos, si bien no provocan esta infección de la
piel, tienden a agravarla. Por eso, es muy importante evitar en la medida de lo
posible productos como el chocolate o los fritos, que aumentan las secreciones
sebáceas en nuestro organismo. Además de medidas preventivas, el acné puede
combatirse con fármacos de uso tópico, antibióticos y otros tratamientos
complementarios (como exfoliaciones, rayos láser, fototerapia, etc.). Las
cremas específicas a base de retinoides o antibióticos sirven para combatir las
bacterias causantes de esta enfermedad. Son eficaces a medio plazo, mejorando
el aspecto de la piel. Los medicamentos tópicos para el acné tienen también su versión oral,
a la que se añaden tratamientos hormonales. De hecho, la píldora anticonceptiva
Diane 35 de Bayer se usa en la actualidad para curar y prevenir este tipo de
patología dérmica de origen androgénico. Una exposición moderada al sol puede
ser muy positiva, al igual que usar un jabón antiséptico para lavar la piel y cosméticos
no grasos. ¡Todo sea por mejorar el aspecto de nuestra piel!
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