Estamos ya en pleno ocaso de la temporada de verano y, mientras quemamos los últimos cartuchos de nuestras vacaciones, comenzamos a tomar conciencia de todos los excesos gastronómicos que hemos cometido. Lejos de la rutina, tendemos a relajar nuestras buenas costumbres alimenticias. Picoteamos entre horas, consumimos más productos procesados, nos dejamos llevar por la comida rápida y consumimos una mayor cantidad de bebidas alcohólicas y refrescos azucarados. Por ello, una vez de vuelta solemos buscar algún modo de resarcir a nuestro organismo de los excesos cometidos. La mejor forma de hacerlo es, sin duda, recuperar los hábitos saludables en nuestro día a día. Una alimentación equilibrada y rica en los nutrientes esenciales es el mejor bálsamo para un organismo sometido a dichos contrastes. Un régimen saludable nos ayudará a desintoxicarnos de forma efectiva. Eso sí, es muy importante optar siempre por una dieta sin efecto rebote. ¿Quieres saber cómo conseguirlo?
¿Qué es el efecto yo-yo en las dietas?
Si hay
una palabra que está inevitablemente ligada al concepto de “dieta para
adelgazar” es el de “efecto rebote” o “efecto yo-yo”. Esa relación se
fundamente en que, en general, el segundo suele ser una consecuencia inevitable
de un mal planteamiento de la primera. Cuando buscamos perder peso de una forma
rápida y escasamente planificada, puede que nuestro cuerpo responda de forma
brusca al choque al que se ve sometido. Una dieta rápida o régimen exprés puede
ayudar a eliminar varios quilos en tan solo unas semanas. Sin embargo, muy
probablemente habremos de pagar –y a qué precio- los resultados obtenidos. La
pérdida de peso repentina se ve a menudo seguida de un aumento igual de rápido.
Al abandonar las estrictas pautas de la dieta, el organismo tiende a reclamar
la recuperación de las reservas de energía eliminadas bruscamente. Es entonces
cuando se inicia la espiral conducente al efecto rebote. La fase de aumento de
peso sucede a la de adelgazamiento.
Evitar el efecto rebote en la dieta
El
método más eficaz a la hora de eliminar el efecto yo-yo es plantearse la
pérdida de peso como un proceso a medio plazo. La búsqueda de resultados
inmediatos tiende a generarnos una ansiedad excesiva a la hora de afrontar los
distintos pasos en la dieta de adelgazamiento. Para evitarla, nada mejor que
adoptar un programa de alimentación saludable. Es gracias a un régimen equilibrado
e hipocalórico como conseguiremos consolidar en el tiempo la bajada de peso. Es
importante no caer en la tentación de confeccionar listas negras y blancas de
alimentos. Todos ellos son importantes, si bien es clave aprender a distinguir
cómo combinarlos para sacar el máximo rendimiento de sus propiedades y mejorar
su absorción por parte de nuestro organismo. No debemos, por ejemplo, excluir
completamente los hidratos de carbono de nuestra dieta. Para evitar la
tentación de picar entre horas, nada mejor que preparar sabrosos aperitivos a
base de frutas y verduras. Nos ayudarán a calmar el hambre al mismo tiempo que
nos aportarán energía y nutrientes. Todo ello combinado con una dosis de
ejercicio físico frecuente será el mejor escudo frente al efecto rebote.
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