14 de noviembre de 2013

¡Hazle sitio a la fibra en tu dieta!


Si tuviéramos que hacer una lista de los elementos imprescindibles en nuestra dieta diaria, la fibra ocuparía sin duda un puesto privilegiado dentro de ella. Cada vez somos más conscientes de los beneficios que esta sustancia tiene para nuestro bienestar y el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Después de todo lo que hemos oído hablar de ella y de sus propiedades, nos hemos propuesto condensarlas en un único artículo. 

La fibra, esa gran (des)conocida
Sin entrar con conceptos técnicos de lo más enrevesados, podríamos decir que la fibra es esa parte de las plantas comestibles que se resiste a su digestión y absorción por parte de nuestro intestino delgado. Sin embargo -y en contra de lo que podamos pensar- esa cualidad no quiere decir que sea inocua. Muy al contrario, desempeña funciones fisiológicas esenciales como el estímulo de la actividad intestinal. No es un nutriente en sí, pero es indispensable para el correcto funcionamiento de los procesos digestivos. La flora bacteriana la descompone parcialmente, obteniendo de ella componentes químicos como algunos gases (hidrógeno, dióxido de carbono, metano) o ácidos grasos llamados "de cadena corta" . La fibra también está compuesta por: celulosa, sustancias pécticas, almidón resistente, compuestos no carbohidratos, gomas y otras sustancias en menor medida (proteínas, potasio, magnesio, etc.).

Algunos de sus principales beneficios
Seguir una dieta rica en alimentos que nos proporcionen fibra puede ser muy útil a la hora de protegernos de distintas enfermedades muy frecuentes. Eso sí, no hay que creer erróneamente que  esta sustancia puede por sí sola actuar de escudo frente a ellas. La fibra colabora mejorando situaciones de: 
- Estreñimiento. Ayuda a facilitar la evacuación de las heces. Aumenta su volumen, creando residuo sólido y absorbiendo el agua en los residuos. Acelera el proceso, facilitando así el tránsito intestinal. 
- Diverticulosis o enfermedad diverticular. La aparición de pequeñas bolsitas en las paredes del colon es muy común en la madurez. Suele asociarse a un dieta pobre en fibra, aunque no existen estudios científicos que justifiquen esta teoría. De todas formas, un mejor nivel de evacuación favorecerá la salud del tracto. 
- Obesidad. Una dieta diaria que incluya una cantidad adecuada de fibra reduce la ingesta de calorías sin variar el volumen de alimento ingerido. Los productos ricos en esta sustancia requieren una buena masticación para su procesado, por lo que favorecen la sensación de saciedad. Además, la fibra contribuye a interceptar una buena dosis de los azúcares y las grasas consumidas, disminuyendo su porcentaje de absorción. 
- Diabetes mellitus. Algunos estudios apuntan a que una dieta rica en fibra, especialmente si es insoluble, puede contribuir a mantener la glucemia a raya, protegiendo al mismo tiempo el sistema cardiovascular.
- Hipercolesterolemia. La fibra permite que el organismo retenga una menor cantidad de colesterol malo, por lo que puede prevenir el desarrollo de complicaciones derivadas. 


¡Pásate ya a los cereales, las frutas frescas y la verdura!

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